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La infancia es un período determinado por un desarrollo crítico emocional, social y conductual. En los primeros años del niño, los problemas de salud mental pueden expresarse mediante comportamientos de internalización, tales como el miedo y el retraimiento social, comportamientos externalizantes como la irritabilidad, conductas de oposición e incumplimiento. Estas conductas continúan teniendo efecto en la vida del niño a medida que crece, desplazándose a trayectorias académicas, laborales y de salud (Hattangadi et al, 2020).
Estrés y Ansiedad infantil
En referencia al estrés, hay una distinción entre el estrés positivo o eustrés imprescindible para la vida, ya que permite enfrentarse a los desafíos cotidianos y, por otro lado, un estrés negativo o distrés que genera desgaste y que favorece a la vulnerabilidad del sujeto y a un posible trastorno de ansiedad (Martinez, 2012). En este artículo, se hará énfasis en el distrés durante la etapa infantil.
Un niño, es una persona capaz de sentir y experimentar situaciones de alegría y de dificultad al igual que los adultos, a pesar de que se manifiestan de distinta manera, siendo la población infantil la más desatendida en cuanto a trastornos estresantes.
Las áreas en las cuales los niños experimentan estrés son en el contexto familiar, escolar y social. Para un niño, la familia representa el área más importante debido a que es donde se inicia en su desarrollo físico, emocional y educacional (Rivera, 2013).
El estrés sostenido a lo largo del tiempo, o como se mencionó anteriormente el distrés, puede desencadenar trastornos de ansiedad. La ansiedad es una emoción normal que surge en el sujeto como signo de alarma que informa sobre algún tipo de peligro o adversidad. Este sistema puede alterarse y manifestarse aún en situaciones en las que no habría motivos por los cuales estar tan preocupados, considerándose entonces como un trastorno (Parrado, 2008).
Factores de riesgo para la ansiedad y el estrés en niños y niñas
Relacionados al niño:
- Determinados rasgos de temperamento según Parrado (2008) representan factores de riesgo en la ansiedad infantil, tanto en niños como en niñas.
La predisposición a la respuesta ansiosa se relaciona con tendencias constitucionales generales como el temperamento difícil, la labilidad emocional, así como también, con rasgos temperamentales más específicos tales como la inhibición conductual, la afectividad negativa o la evitación del daño (Ezpeleta, 2014). - Algunas investigaciones manifiestan que la inhibición conductual (tendencia a una timidez extraordinaria o a la presencia de miedo y aislamiento en situaciones nuevas y/o desconocidas) en los niños presentan significativamente más trastornos de ansiedad, en comparación con niños no considerados conductualmente inhibidos (Parrado, 2008).
Asociados a los padres o cuidadores:
- Diversos estudios demuestran que los hijos de madres con poca autonomía y con algún trastorno diagnosticado, pueden presentar y desarrollar trastornos de ansiedad en la infancia en un porcentaje significativamente prominente (Parrado, 2008).
- Psicopatología de los padres: La ansiedad de los padres opera como un factor de riesgo para los problemas de ansiedad infantil. Estudios al respecto, manifiestan que los hijos de padres ansiosos poseen una elevada posibilidad de desencadenar trastornos de ansiedad (Kristine et al 2011).
- Estrés de crianza: Los factores estresantes familiares relacionados con eventos traumáticos (p. ej., la muerte de un ser querido), apoyo social pobre, conflictos cotidianos con la crianza de los hijos y bajo nivel socioeconómico, se tienen en cuenta como grandes predictores de ansiedad infantil.
Además, los niños ansiosos pueden ser propensos a demandar excesivamente a los padres en términos de búsqueda de consuelo y atención que a menudo da como resultado un intento de alejar al niño hacia una mayor independencia, lo que provoca una mayor ansiedad en el niño para que el padre le brinde tranquilidad y a su vez, genera un alto estrés y frustración en los padres (Kristine et al 2011).
En referencia a al vínculo entre hijos y padres:
- Otro factor de riesgo respecto a la interacción herencia-ambiente, refiere al apego inseguro y al apego excesivo, ya que suelen ser variables que dan origen a la ansiedad. En este sentido, los estilos parentales poco cálidos, elevadamente críticos y poco acogedores predisponen a la ansiedad general en los hijos, pero son la sobreprotección, el exceso de control e incluso la intrusividad parental los que más se asocian a los trastornos de ansiedad (Ezpeleta, 2014).
- Gómez Ortiz (2017), señala que hay una relación significativa entre la ansiedad infantil y el conflicto parental. Datos arrojados mediante algunas investigaciones demuestran que la ruptura conyugal o la separación de los padres en sí mismo no parece afectar directamente los niveles de ansiedad en los niños, sino más bien son aquellos factores contextuales negativos que acompañan a la situación, como por ejemplo, la resolución del divorcio mediante el contexto judicial, relaciones violentas entre los padres, patrones de conducta e interacción marital que deterioran el ambiente familiar, etc. Es decir, la acumulación de estas situaciones negativas son las que dañan en mayor medida al menor (Gómez Ortiz, 2017).
Otros factores de riesgo:
- Problemas de salud y psicosomáticos: estresores vinculados a situaciones de enfermedad, visitas frecuentes al médico, preocupación por la imagen corporal, enfermedades crónicas, entre otras (Martinez, 2012).
- Ámbito escolar: factores de riesgo asociados a la escuela refieren a estresores relativos a la excesiva demanda de tareas extraescolares, problemas o dificultades en las relaciones con los profesores y/o con los compañeros de clase, precarias calificaciones escolares, percepción de dificultad en la concentración, escasas habilidades interpersonales, competitividad escolar, etc.
- Es importante resaltar el inicio del cuadro ansioso. Si la ansiedad se manifiesta a edades más tempranas, los factores predictores de una posible recuperación son más lentos.
- El 30% de los niños con algún trastorno de ansiedad presenta comorbilidad con otros trastornos y, la mitad de estos niños desarrollan más trastornos de ansiedad (Parrado, 2008).
En definitiva
– Los problemas de salud mental en los niños surgen tempranamente y pueden tener un impacto adverso y duradero en los resultados sociales, emocionales y conductuales a lo largo del desarrollo y en los diversos ambientes donde el niño se desenvuelve (Hattangadi et al, 2020).
– A pesar de que ciertos acontecimientos como accidentes y catástrofes conforman eventos estresantes, la mayoría de los factores ambientales en lo que respecta al origen de la ansiedad infantil, son de tipo social y, quienes representan un rol principal en este ambiente son los padres o cuidadores.
– En cuanto a esto, es importante destacar que el estilo educativo, el tipo de apego y la psicopatología de los padres resultan ser tres factores ambientales que pueden predisponer en gran medida a la ansiedad infantil (Ezpeleta, 2014).
– En bebés y en niños preescolares se ha demostrado que el vínculo inseguro entre los padres y el niño puede ser un factor relevante en el desarrollo de síntomas de ansiedad. A este respecto, el tratamiento orientado en mejorar la interacción entre padres e hijo es sumamente decisivo.
– Se comprueba mediante estudios que el tratamiento con los padres o con la díada padres-hijo resulta de ser una medida preventiva para la ansiedad y los trastornos de ansiedad. Así como también, prestar atención y trabajar sobre los factores temperamentales en los niños representa otra de las medidas preventivas (Parrado, 2008).
Referencias
Ezpaleta, A. (2014). Trastorno por ansiedad generalizada y trastorno de ansiedad por separación. Psicopatología del desarrollo. Cap. 15.
Gómez Ortiz, O. Martín, L. Ortega Ruiz, R. (2017). Conflictividad parental, divorcio y ansiedad infantil. Pensamiento Psicológico, Vol 15, No 2, 2017, pp. 67-78.
Hattangadi, N. Cost, K. T. Birken, C. S. Borkhoff, C. M. Maguire, J. L. Szatmari, P and Charach, A. (2021). Parenting stress during infancy is a risk factor for mental health problems in 3- year-old children. Hattangadi et al. BMC Public Health.
Martínez, V. (2012). El estrés en la infancia: estudio de una muestra de escolares de la zona sur de Madrid capital. Revista Iberoamericana de Educación / Revista Ibero-americana de Educação ISSN: 1681-5653 n.o 59/2 – 15/06/12.
Pahla, K. M., Barrettb, P. M, Gulloc, M. J. (2012). Examining potential risk factors for anxiety in early childhood. Journal of Anxiety Disorders 26 (2012) 311– 320.
Parrado, F. A. (2008). Ansiedad (aspectos conceptuales) y Trastornos de Ansiedad en niños y adolescentes. Máster en Paidopsiquiatría.
Rivera, J., (2013). Investigación sobre Estrés, Enfoque a Estrés Infantil. Revista electrónica en Ciencias Sociales y Humanidades Apoyadas por Tecnologías, 2(2), 62-83.